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Nacido en 1857, Frank Lloyd Wright fue un arquitecto que tomó un rumbo muy adelantado a su época logrando obras que marcaron la historia y la práctica de la arquitectura. Rediseñó la manera de separar lo espacios para poder lograr el estilo que lo diferenciaba junto con diferentes técnicas. Desde sus proyectos más tempranos están su primer hogar diseñado por él mismo, hasta su último e importante, el Museo Solomon R. Guggenheim en Nueva York. Hoy día se considera su trabajo como si fuera “timeless”.
Lo que hizo que Lloyd fuera tan importante fue su ideología diferente y adelantada. Demostró esto en la primera casa que diseñó para sí mismo, utilizando una técnica de “planta libre” mucho antes de que esta fuera utilizada comúnmente. Siempre tuvo el pensamiento de que las casas regulares eran simples “cajas” y sus habitaciones “cajas dentro de cajas”, por esa razón implementó esa fluidez de espacio con espacio en su trabajo. Se conoce que Frank no era muy fanático de las estructuras que tienen los templos anticuados y debido a un oportuno accidente donde la iglesia de su comunidad fue incendiada por un rayo, él tomó la oportunidad para diseñarla nuevamente. El Unity Temple, en Illinois rompió con la costumbre de los techos puntiagudos, este era completamente plano y con mucho sentido de simetría. Esto marcó el camino para Frank, cuando se dió cuenta del potencial que tenía y decidió abandonar su vida en aquel lugar. Dejó atrás su estudio y se fue a Europa, donde estuvo un año antes de regresar a los Estados Unidos. Una vez de vuelta se dirigió a su lugar de la infancia donde construyó su hogar, la Casa Taliesin, que contaba con lo que a él gustaba llamar, “arquitectura orgánica”. Este concepto se basa en adaptarse a los ambientes, utilizando los materiales del exterior tanto como en el interior y hacer que el panorama complemente la estructura y viceversa dejando saber que dicho lugar no podría haber sido hecho en otra área.
No se puede referir a Frank Lloyd sin mencionar sus obras más importantes. Entre sus trabajos más representativos es el “Robie House” (1906) que contiene su famosa “planta libre” mientras te lleva a descubrir sus espacios llenos de luz por las amplias ventanas, sin una sola cortina ya que Lloyd no le agradaba que escondieran la ornamentación. Le sigue su icónico hogar llamado “Taliesin” (1911) que goza de una estructura exterior que se mezcla con la colina en la cual fue construida. Luego, el “Ennis House” (1933) ubicada en Los Ángeles, California, con un concepto completamente distinto. Su inspiración fue basada en los templos mayas y construida con bloques de cemento que forman un patrón, mientras en su interior da una experiencia de estar en una cueva. Quizá su obra más famosa “Fallingwater” (1939), fue la casa que cambió el rumbo de la arquitectura, con una imagen contemporánea adelantada a su época y hecha sobre una cascada. Este proyecto se mezcla con sus alrededores y lo hace ver como si siempre ha estado allí. Es muy curioso que el diseño fue hecho en un par de horas, según el documental “Frank Lloyd Wright: Man Who Built America” dice que lo hizo con prisa. Seguido por el “Johnson Wax Headquarters” (1939) que tiene un espacio central enorme con un techo construído en tubos de cristal y apoyado por enormes columnas haciendo que trabajar allí sea una experiencia de estar en un bosque. Y su último trabajo el “Solomon R. Guggenheim Museum” (1959), consiste en un camino en espiral que va subiendo y te pasea por cada obra de arte evitando que te pierdas de dirección como de las obras en exhibición. Aunque no sea tan llamativo, el proyecto más pequeño de Lloyd lo fue una casa de perro para la mascota de uno de sus clientes llamada “Eddie’s House” (1957).
Sin duda Frank Lloyd fue uno de los pioneros en el diseño moderno. Creando su propio estilo liberador y rompiendo con la típica casa o “caja” como él decía. Consiguió utilizar la simetría y las figuras planas para alcanzar trabajos preciosos y que hoy se consideran como trascendentales y clásicos. Lloyd murió en 1959, seis meses antes de la culminación del Solomon R. Guggenheim Museum. Pero aún así su trabajo vive para inspirar a muchos.
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